domingo, 5 de abril de 2009

EL RUMOR COMO ALTERNATIVA DE INFORMACION

La falta de ética, formación intelectual, académica y de vocación hacia la investigación, contribuyen de manera significativa a que periodistas y comunicadores con frecuencia recurran al recurso del rumor; entiéndase el mismo (rumor) como las especulaciones no validadas o confirmadas que se ofrece a la población como verídicas; esta práctica trastornada, es ejercida de manera habitual; por su puesto, de manera inescrupulosa y por demás irresponsable.

Es frecuente en nuestro medio visual, radial y escrito; escuchar y leer informantes recurriendo al recurso del rumor, el cual desdice mucho del rol social y la ética que deben desempeñar en su entorno, de manera que se debe entender en este aspecto, lo social y el proceder como una simbiosis indisoluble entre bondad o maldad de los actos humanos, y la actividad personal, vista desde una perspectiva estable y honrada al servicio de los demás, y en el impulso de la vocación unida a la dignidad que corresponde a un ser compasivo; los que actúan al margen de esta realidad violentan uno de los principios básicos de la comunicación periodista; que consiste en “la búsqueda y difusión de la verdad sobre asuntos de interés público y defensa de los valores esenciales del ser humano.”
El rumor es una “información” que tiene como fuente idónea (en la mayoría de los casos) transmitirse a través de la cadena hablada; cuyos medios probatorios son difíciles de demostrar. El uso del rumor muchas veces utilizados por comunicadores ha suscitado problemas sociales y personales. De manera que Una sociedad como la República Dominicana, que se encamina hacia la posmodernidad, exige cada vez más de un comunicador o periodista con una visión objetiva de la realidad, honesta y capaz, producto de una investigación exploratoria o documental; es decir, recurriendo a las fuentes primarias, como el medio más idóneo de servir a la comunidad una pesquisa de calidad, en lo concerniente a su veracidad, y de esta forma evitar expresar: “escuche decir”, “dicen por ahí”, “anda diciendo”, entre otras expresiones que ponen en evidencia ante el receptor reflexivo una subjetividad o imprecisiones de parte del sujeto informante que se convierte en espacio fértil para el cuestionamiento de la autenticidad de la información.
Es importante precisa que el rumor en ocasiones es producto de la improvisación del comunicador y en otra de una meditación motivada… con el objetivo de hacer daño a una persona o institución; en ambos casos son formas intrépidas e injustas. Los comunicadores y periodistas que se prestan a esta práctica insana han hecho que en ocasiones el público pensante que recibe el mensaje cuestione la información, independientemente de que la misma proporcione una indagación oportuna y veraz; pues se debe entender a los que así piensan, si se parte de las premisas filosóficas, de que el castigo de un embustero, es no ser creído, ni que diga la verdad.FUENTE: LIC. CARLOS PEREZ.

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