lunes, 8 de diciembre de 2008

INCIDENCIA DE TU RELACION FAMILIAR EN TU RELACION DE PAREJA.


Mientras no sanemos nuestra relación con nuestros padres y hermanos, seremos propensos a reactivar en nuestras relaciones, al menos, algunos de los problemas de “nuestra familia de origen”.
Los teóricos y terapeutas matrimoniales sabemos muy bien, que los adultos tienden a repetir en sus relaciones íntimas los temas de la primera infancia o de las generaciones anteriores. Por ejemplo, es posible que una mujer cuyo padre la maltrataba físicamente, se case con un hombre que la maltrate, o que un hombre cuya madre era muy dominante, se case con una mujer mandona.
Los adultos que fueron maltratados en su infancia, son más propensos a maltratar a sus hijos que aquellos que no lo fueron. Es importante que comprendamos la dinámica familiar y reconozcamos con compasión nuestras heridas, para así tener la seguridad de que no vamos a reactivar esas actitudes en nuestra vida adulta. Es probable que no podamos tener relaciones sanas con los demás, mientras no sanemos nuestros conflictos familiares no resueltos.Si estamos resentidos o enfadados, o queda todavía algún conflicto pendiente con nuestra familia de origen, es necesario dar prioridad a la curación de esas relaciones. Cuando el trabajo de perdonar a los padres y hermanos se ha completado o es un tema en el que se está trabajando, eso influirá positivamente en la relación con la pareja y con todas las demás personas.
En toda relación de pareja hay dos niños interiores además de dos adultos y, es tarea de cada miembro de la pareja, amar al niño asustado del otro, para que así ambos puedan sanar y crecer. Muchas veces, son las necesidades del niño interior las que se exigen satisfacer en una relación : “Ocúpate de mí!, haz lo que necesito cuando te lo pido, se la mamá o el papá que nunca tuve!”.
Además de preocuparse del niño interior del otro, cada uno habrá de responsabilizarse de sanar al suyo. Si se desea que la relación prospere y crezca, esta responsabilidad y esta autocuración son necesarias.
Cada persona lleva a la relación, el amor y los obstáculos al amor que ha aprendido. Las formas de amar se aprenden y se eligen. Algunas personas se han sentido tan alejadas del amor, tan heridas por eso que se llama “amor maternal o paternal”, que cuando son adultas han de aprender a sentirse dignas de verdadero amor y de aprender a ofrecerlo a los demás. (Nery es Psicóloga Clínica, con especialidad en Orientación y Consejería. Productora del BLOQUE IDEA EN T.V., EX – Consultora de Comunicación Estratégica/Salud, del banco Mundial; Presidenta de la Asoc. Dominicana de Desarrollo Humano. Dirección electrónica …neryestevezr@hotmail.com…..)

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