lunes, 27 de diciembre de 2010

Pobre Jorge Blanco.


Murió Salvador Jorge Blanco, destacado jurista y ex presidente de la república, un personaje que de acuerdo al cristal con que se mire tiene sus luces y sus sombras, como todo mortal. El presidente Leonel Fernández Reyna, utilizando las prerrogativas legales de la que es portador, decretó tres días de duelo nacional, como una forma de rendir tributo al fenecido abogado santiaguero.
La muerte física sorprendió a Jorge Blanco en estos días navideños, y se fue casi junto con Carlos Andrés Pérez, su maestro en las lides administrativas del estado, el cual también alquiló boleto, para un viaje en la barca de Caronte, y ambos a lo mejor pretendan cruzar la laguna Estigia, siempre y cuando, el ínclito, Marino Vinicio Castillo, alias Vincho , no le ponga trabas en la ruta.
Digo pobre Jorge Blanco, porque estoy confundido, sobre a quién nuestro querido presidente quiere rendir tributo con su medida, si a la figura de la investidura presidencial o al ser humano que ejerció la política de una forma dilatada y que tuvo una evolución de su comportamiento, que fue desde el civilista comprometido, al jefe de estado que tuvo la tentación autoritaria de convertirse en un carnicero por 48 horas, durante la poblada de abril de 1984, donde hubo cientos de muertos, otros tantos heridos y miles de detenidos.
Naturalmente que los actos de corrupción, que se le imputaron al fenecido ex presidente, palidecen de la vergüenza, ante los actos de corrupciones administrativas posteriores y actuales, por dichos actos fue acusado ante la justicia dominicana, pero como todo hijo de buen vecino, no llegó a purgar en la cárcel su condena, suerte muy distinta a la que corren millares de sus compatriotas, los cuales se pudren en la cárcel, por acusaciones menores y como presos preventivos.
Cabe destacar que cuando sus parciales ocuparon la presidencia de la republica, desistieron de la acusación penal por parte del estado y el caso, que estaba en apelación, se cayó, por la falta de la parte acusadora.
Quizás esto impulsa al presidente Fernández a rendir homenaje, a quien a lo mejor él considera su mentor criollo, en la forma de gobernar administrativamente y en la aplicación de medidas económicas de corte neoliberal.
De acuerdo a la percepción generalizada, que tiene el pueblo dominicano, de las condiciones de honestidad, en la administración de los recursos del estado que exhibió Jorge Blanco, esto sin hacer caso del discurso político institucional del Partido de la Liberación Dominicana, el cual enarboló por muchos años, y que todo el mundo conoce, llegamos a la conclusión, que Leonel es tan serio como éste, y por lo tanto ha de haberle afectado bastante la muerte de un precursor y como buen hermano ha hecho un acto de contricción, en busca del perdón de algunos agravios pasados.
No sé el porqué, pero escuchando la canción ‘’el costo de la vida’’, de Juan Luis Guerra, vi un guiño a la honestidad de Salvador, cuando se dice que la corrupción juega ajedrez.

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