miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cuatro por cuatro, señor presidente!


Señor presidente Leonel Fernández Reyna, padre de la conceptualización de las ideas políticas de la República Dominicana moderna, destino geográfico donde más de diez millones de almas económicamente se la buscan como toros y donde el más vivo se carga el santo, y la limosna también. Hace ya un largo tiempo su eminencia impulsó una justísima ley, donde se le asigna un cuatro por ciento del PIB, al sector educación, justa ley que vendría a corregir una deuda social acumulada de tanto tiempo.
Pienso que al igual que el César en la antigua Roma, usted es un hombre honrado, aunque muchos de los que se anidan bajo su sombra no gocen de esa condición, y dentro de los parámetros de esa honradez que siempre le ha caracterizado, quiero pedirle que se ciña al respeto de la ley que usted mismo abogó por su aprobación, y no lo haga como una sanguijuela, como han demostrado ser algunos ministros de su excelentísimo gobierno, que viven abrazados al delito que significa violar la ley.
Humildemente quiero esbozarle cuatro razones por el cuatro por ciento, la primera de ellas, es que con más recursos para la educación, las madres jóvenes embarazadas podrían incluirse en la medida y recibir recursos para alimentar mejor los fetos que llevan en su vientre y así los futuros niños pueden llegar al mundo con mejores condiciones orgánicas para captar conocimientos, pues es un secreto a voces que en nuestro país se come, pero la alimentación es precaria y eso no ayuda a desarrollar el coeficiente intelectual de los individuos.
Segundo, más ciudadanos podrían dedicarse a cosas más importantes que la política, el narcotráfico y la delincuencia en todas sus manifestaciones, debido a que teniendo un país con un bajo índice de preparación profesional, en aéreas realmente productivas desde el punto de vista económico y social, mucha gente se ha deslindado a buscársela por la vía fácil y parasitaria y hoy vemos un país atestado de jefes de comités de base de cincuenta mil partidos que chupan del erario público, inspectores de la presidencia que viven chismeando en interior y policía, gente que se la busca vendiendo piedras y pericos o tomando lo ajeno por la fuerza, todo esto fruto de un desempleo crónico prohijado por la falta de una educación que permita crear oportunidades para la gente.
Tercero, no podrá llegar la modernidad que tanto se pregona si el conocimiento continúa siendo un ente abstracto, que no se conecta con las realidades prácticas de la economía de un mundo cambiante, y sin recursos no se pueden crear las herramientas cognoscitivas que demanda el momento, hace falta más inteligencia y menos publicidad para sacar adelante la educación.
Cuarto, por el camino que vamos, el país se nos cae encima, naturalmente, a los que no tienen los recursos para mandar a estudiar a sus hijos al extranjero les ira peor, porque la falta de una educación eficiente es la madre de la debacle nacional.

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