miércoles, 2 de febrero de 2011
Juventud Divino Tesoro: Un Día Para Recordar, 364 en el olvido
Se podría decir que los llamados futuros de la patria, los llamados a continuar complementando, construyendo y enrumbando las naciones por mejores caminos; los jóvenes, más que avanzando, están retrocediendo. Los valores y las buenas costumbres caen cada día como hojas secas y lo lamentable del caso es que pocas personas, pocas instituciones o peor aun pocos jóvenes se detienen a recogerlas. Para nada pretendo echarles las culpas a la presente generación de jóvenes que están poblando la faz de la tierra y sobre todo a los que habitan en nuestro territorio, ellos no son más que el fruto cosechado de los que estamos sembrando. La vida agitada en que vivimos, la crisis económica que compartimos con el resto del mundo parece arrastrar otros tipos de crisis, como la crisis de valores y las faltas de voluntades que los jóvenes de hoy al parecer desconocen y no los dejan transitar por caminos de logros y de éxitos obtenidos por ellos mismos.
Las cosas se siguen empeorando porque los llamados a inculcarles, a enseñarles, a fortalecer las crianzas de los padres en las escuelas, los profesores; solo están pensando en huelgas. Al través del tiempo las huelgas me han enseñado que quienes las patrocinan o son políticos que militan en parcelas contrarias a los gobiernos de turno, buscando crear incertidumbres para posicionarse en el próximo torneo electoral, o son oportunistas, vividores que buscan lucrarse con la desestabilización que provocan. Con esto no quiero decir que los profesores lo sean, pero si les quiero decir que voluntariamente o no están ayudando a esos sectores retrógrados que tienen países como los nuestros.
Los lamentos siguen creciendo día a día ya que son casi nulas las acciones que están haciendo nuestros líderes, nuestros guías, nuestros hombres de letras, nuestros padres, nuestros empresarios, nuestros abuelos, nuestros profesionales, nuestros políticos, nuestros religiosos y todo el que tengas que ver de una forma u otra en preservar intacta y en las condiciones más optimas a nuestros jóvenes que son los llamados a continuar dirigiendo en el futuro los destinos de los países. En su mayorías esas personas o instituciones solo viven predicando con simples y puras palabras, las que el viento se lleva inmediatamente salen de sus bocas y no con hechos reales, palpables, concretos que perduren en las mentes, y en las conciencias no solo de los niños y jóvenes que son el futuro del mañana sino mas bien de ellos mismos.
La lealtad y el patriotismo, para los jóvenes de la generación actual son simples palabras bonitas, pero para los jóvenes del mañana no serán ni siquiera simples palabras bonitas. Mas bien estas palabras no tendrán ningún tipo de valor ni de significado, las sacaran del diccionario como ya han sacados palabras tales como: desinterés, entrega, amor a la patria, respeto a los valores patrios, civismo, altruismos, respeto a los padres y a las madres y otras tantas que son sinónimos de grandeza para todo aquel que la ejerza, la predique y la haga cumplir para que no queden en el vacío.
Digo esto porque actualmente veo muy pocas iniciativas tendentes a erradicar los males que afectan a los jóvenes de hoy día. Males que les obstruyen el camino y no los dejan avanzar para que desarrollen las capacidades, la preparación y que cultiven los buenos deseos de ser mejores cada vez más y aplicar todas esas buenas costumbres y todos esos sentimientos sanos y puros en beneficios de sus respectivos países cuando en el mañana les toquen dirigirlos.
Solo en países como los nuestros se ven a profesores parando las docencias por tiempos indefinidos cuando son ellos los llamados a fomentar el desarrollo mental de los jóvenes para que luego los apliquen en beneficios de los que les toquen vivir en el futuro. Sabemos de sobras que ellos tienen sus razones, pero eso no es razón suficiente para que ellos les quiten la razón a cientos de miles de estudiantes de escasos recursos económicos que se nutren día a día con el pan de la enseñanza. En las naciones desarrolladas también se hacen huelgas pero nunca se paran por tanto tiempos las clases. Mejor se para todo el engranaje productivo, antes que parar las docencias en las escuelas y todo eso porque tienen el convencimiento suficiente para entender que en la juventud y en las escuelas está sembrado el que sus países se sigan desarrollando con éxitos como lo están haciendo en el presente.
Insisto en que todos pongamos nuestro granito de arena en la construcción de una juventud sana, digna y que sembremos en ellos los buenos valores para vivir un mañana mejor. En la juventud y en los estudiantes están las semillas que luego cosecharemos en éxitos. Sigamos los ejemplos de Juan Pablo Duarte y los Trinitarios que con menos de 30 años cada uno de ellos, que siendo prácticamente unos adolescentes, entregaron sus vidas y sus bienes por defender una causa, las mismas causas por las que hoy podemos llamarnos con orgullo “Dominicanos”
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