A propósito de una inquietud exteriorizada por mi buen amigo Jovanny Espino, desde Punta Cana, mediante una opinión escrita al artículo que recientemente escribimos sobre la “Autoestima Femenina”, me animé a escribir estos párrafos sobre la autoestima masculina, pero…..sin conclusiones, sin recomendaciones, sin respuestas a las múltiples interrogantes sobre el tema. Dejando abierto el espacio para la reflexión, discusión y opinión de cada lector. O sea, será responsabilidad de cada uno de ustedes, colaborar a que este tema se trate con la amplitud requerida, aportando su opinión y enriqueciendo este diálogo mutuo. Yo, sólo seré el canal a través del cual iniciaremos este dialogo.
La crisis de identidad masculina es objeto de debate en un foro inusual: el Banco Mundial, que aborda por primera vez el tema en un libro recién publicado con el que busca llamar la atención sobre un "peligroso" problema. Hasta ahora, el organismo con sede en Washington se había concentrado en ayudar a resolver los problemas de las mujeres en los países pobres, pero María Correia, co-autora junto con el macroeconomista Ian Bannon del libro "La otra mitad del género", dice que es necesario prestar más atención a los hombres. Siempre ha existido la percepción de que la sociedad beneficia al hombre, pero lo que vemos ahora es que también le perjudica", dijo a Efe Correia. La escritora insiste en que el ayudar a los hombres a lidiar con los desafíos propios de su género contribuirá a resolver parte de los problemas sociales más crónicos en el mundo en desarrollo, como el crimen urbano, la pandemia de sida y los patrones dominantes de guerra y conflictos. En su libro, "The Other Half of Gender" (La otra mitad del género), Correia y Bannon sostienen que la globalización, los cambios económicos y la pobreza han erosionado el rol tradicional de los hombres como proveedores de sustento económico y los han llevado a afirmar su masculinidad en formas destructivas. Correia destaca que la sociedad dicta que el hombre debe de ser fuerte, independiente económicamente y jefe de familia. Dicen Marqués y Osborne que “uno de los principales mandatos de los modelos de masculinidad hegemónicos actuales, es el de la independencia económica y la provisión en el marco de la familia tradicional, ya que, como norma, se ha exigido al hombre que demuestre lo importantes que es, cumpliendo con “aquello” que se supone debe hacer un hombre. El “trabajo remunerado” ha representado una de las fuentes de poder y recursos más importantes para la generalidad de los hombres, así como una forma de identidad. Y en un escenario de desempleo, empleo precario o subempleo; en definitiva, en un escenario dónde no está garantizado el acceso al “salario familiar”, “se produce un sentimiento de demasculinización –no equiparable al caso de las mujeres-“ (Sánchez-Palencia e Hidalgo, 2001), debido a las resistencias y dificultades de los hombres para adaptarse a una nueva situación social y psicológica en la que ya no son el único sostén de la familia, ya no son los únicos que traen el pan a casa. En este fin de siglo las mujeres, en su lucha por la igualdad , están cambiando su relación con el mundo y consigo mismas. El cuestionamiento de la hegemonía del poder masculino y el fortalecimiento de sus derechos como personas/ciudadanas son parte de esta lucha, que desafía los modelos tradicionales de relación entre mujeres y varones. No cabe duda que los varones son concientes de este desafío. Pero, ¿están reaccionando?, ¿cómo?, ¿qué posición están adoptando frente a las nuevas mujeres?.¿Ante los cambios de las mujeres, ellos a su vez están cambiando ?, y si lo están haciendo, ¿en qué dirección?, ¿cuáles son las tendencias dominantes de cambio en los varones en el mundo actual?.¿Cuáles serían las reacciones y cambios deseables en ellos y según qué criterios?, ¿existen modos de estimular dichos cambios?.
No es la primera vez en la historia que frente al cambio de las mujeres, los varones individual y socialmente se han visto afectados, pero nunca hasta hoy lo han sido de un modo tan general. Este cambio está generando modificaciones tan globales en las relaciones que ningun varón puede permanecer neutral, ya que al modificarse tan radicalmente el lugar asignado a la mujer en la cultura, esto no puede sino provocar complementariamente un cuestionamiento del propio lugar del varón en el mundo, ante las mujeres, ante los otros varones y ante sí mismo.
Uno de los modos con los que se suele describir esta situación masculina es decir que los varones se encuentran en una crisis de identidad. Sin embargo, esta definición no se ciñe a la realidad, ya que las preguntas de quien siente su identidad en crisis (¿quién soy ?, ¿de dónde vengo?,¿adónde voy?) no son planteadas por la mayoría de los varones. Lo que sí es verdad es que actualmente hay una gran crisis, pero de legitimación del modelo social de masculinidad tradicional. Dicha crisis quita validación a muchas "verdades" masculinas, entre ellas la de la "naturalidad" de la subordinación de la mujer, lo que genera no una crisis pero sí inquietud y desconcierto a muchos varones.
Existen pocas investigaciones que se ocupan de esta cuestión. Pero, si a sus conclusiones, agregamos la información que surge de analizar las acciones producidas en los últimos diez años por los movimientos y luchas sociales que tienen a la masculinidad y la posición de los varones como tema principal, algunas de nuestras preguntas iniciales quizás pueden comenzar a ser contestadas. (Nery es Psicóloga Clínica con especialidad en Orientación y Consejería, Productora del BLOQUE IDEA EN T.V., ex – Consultora en Salud/Comunicación Estratégica del Banco Mundial. neryestevezr@hotmail.com….)
miércoles, 28 de enero de 2009
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