domingo, 1 de agosto de 2010

Se Acuerdan del Álbum de la Corrupción...? …..Comparen…..

La corrupción es una epidemia social que tiende a carcomer la base de la sociedad misma, y está siempre en contraposición con la equidad y la conciencia de los intereses comunes. Se contrapone también con los valores morales que deben prevalecer en los seres humanos.
La corrupción administrativa en la Republica Dominicana existe desde la época de la colonización de la Isla. Con el fin de encontrar riqueza de manera fácil y a la velocidad de la luz, a medida que las sociedades van avanzando aparecen más elementos para hacer comparaciones en los niveles de vida de los individuos, este mal se agudiza más y hoy día es uno de los temas obligatorios de políticos, religiosos y pensadores de toda índole.
La corrupción tiene muchas formas, porque no se limita al robo del erario público, pues es el dinero que recauda el estado a través de los impuestos directos e indirectos. Se actúa en forma corrupta cuando se sabe que alguien está ejerciendo la corrupción y se le protege con el silencio o se le defiende, también es corrupción usar la influencia que da un cargo público para hacer negocios con el Estado o para beneficiarse de negociantes sin escrúpulos, pero sería también corrupción, que nosotros, que no tenemos un nombramiento ni puestos en el aparato del Estado, nos quedáramos callados ante la ola de inmoralidades que se han levantado en el país.
El miércoles, cuatro de mayo del mil novecientos ochenta y uno salió a la luz pública de ocho páginas y cien mil ejemplares del periódico Vanguardia del Pueblo órgano de difusión del Partido de La Liberación Dominicana, se hizo una edición especial titulada El Álbum de la Corrupción y en él se denunciaba la corruptela del gobierno de Don Antonio Guzmán algunos de los Párrafos de la presentación aseguraba que tienen pruebas de todo lo que denuncian, pero su lectura sólo arrojaba generalidades, con muy escasa documentación de los cargos formulados contra una decena de altos funcionarios del gobierno. De seguro que hubo corrupción pero al Álbum le faltaron más datos que la documentaran.
Lo más gráfico son las fotografías de tres residencias modestas construidas por el vicepresidente Jacobo Majluta, el secretario sin cartera Lorenzo Sánchez Baret y el “secretario particular de Peña Gómez” Aridio García de León, con inversión, según el periódico, de $475 mil, “cerca de un cuarto de millón de pesos”, y “más de cien mil pesos”, respectivamente. A los precios de entonces eran sumas mucho mayores que hoy. Pero observen los cargos fundamentales que contiene el celebrado álbum con fotos de los acusados: Pedro Franco Badía, síndico del DN: una auditoría reveló que entre 1977 y 1981 gastó $673 mil en “asistencia social y acción comunitaria”, para promoverse.
Frank Desueza Fleury, director del IDSS: “fraude escandaloso”. La comisión de Concursos le autorizó compras de medicinas por $236 mil y las llevó a 550 mil para favorecer a siete empresas en detrimento de otras seis. Sin ninguna prueba.
Gustavo Sánchez Díaz, director de Inespre, luego aceptado por el PLD: auditoría de la Cámara de Cuentas revela que hizo donaciones por $203 mil en tres años. Los investigadores peledeístas sólo documentan un cheque de $600.00 que cobraron perredeístas de Bonao, habiendo sido emitido a un club cultural.
A Jacobo Majluta y su hermano Freddy (nombrado por el presidente Leonel Fernández mediante el decreto 342 08 Secretario de Estado Sin Cartera), dirigía Induspapel, gastó $116 mil para imprimir calendarios donde aparece en fotografía con el Papá y otros $28 mil “para hacerse 200 mil fotografías a color” a fin de promover a su hermano Jacobo, a este se les dedican las páginas centrales: como director de CORDE había pagado “más de $92 mil a 160 personas que no eran empleados, en sumas que oscilaban entre $200 y $4,000.
“Los jugosos beneficios de Hipólito”, página 6: refiere denuncias de que, como secretario de Agricultura, Mejía habría hecho compras de fertilizantes “de forma irregular” por $10 millones, entre ellas a la empresa Fuerza Agrícola a la que estaría vinculado. Sólo afirmaciones, no aportan ni siquiera indicios.
Vicente Sánchez Baret, secretario de Deportes: que “una de las barbaridades de ese turpén” es que no ha explicado el “imperdonable derroche de $175 mil en la remodelación del palco presidencial del Estadio Quisqueya”.
Un gran recuadro titulado Repartidera, comenta desembolsos de $260 mil del Fondo de Asistencia Social de Salud Pública y documenta ocho casos con cheques de $500 y $600. En “Otros gastos escandalosos” presentan dos cheques a un restaurante por $454.00 y $329.00 y a un salón de reuniones por $1,251.00 y siete cheques que pagaron dietas entre $200.00 y $610.00 a seis funcionarios por viajes al interior de entre dos y cinco días. Si hacemos comparaciones con los corruptos de esa época, diría que son una especie de Niños de Tetas los corruptos del PRD y los corruptos de los gobiernos del Presidente Balaguer, vendrían hacer Boys Scout delante de los compañeros del PLD.
A lo mejor ya no lo recuerde, pero durante la campaña electoral de 1996 Leonel Fernández aseguró que, “en la República Dominicana estamos frente a un caso típico de lo que los especialistas en el área llaman un fenómeno de hipercorrupción, en el que la corrupción envuelve no sólo tres, cuatro o hasta diez funcionarios, de tal manera que si fuéramos a compararlo con un ser humano diríamos que su enfermedad es de tal grado que tiene tuberculosis, cáncer y SIDA al mismo tiempo.
Aseguró nuestro presidente que la corrupción se llevaba cada año “30 mil millones de pesos”.
Dentro de ese mismo contexto –prometió el candidato- “propiciaremos la aprobación de una ley de Presunción de Enriquecimiento Ilícito, la cual producirá una inversión del fardo de la prueba.”
“Ya no será el Ministerio Público al que le corresponderá aportar las pruebas de la acusación que presente frente a un funcionario público, por la comisión de actos de corrupción, sino que, por el contrario, corresponderá al funcionario acusado demostrar que es inocente de los cargos que le imputan, los cuales se derivan de las circunstancias del que mantiene un nivel de vida por encima de sus niveles de ingresos y de lo que declaró públicamente eran sus bienes al momento de ocupar sus funciones públicas”, añadió.
Un breve repaso de archivos periodísticos reporta que en Septiembre del pasado año, la evaluación de Transparencia Internacional ubicó a la República Dominicana como uno de los países donde existe mayor corrupción administrativa, colocándola en el número 102 de 180 países.
El 25 de noviembre del pasado año, en su conferencia ante la Cámara Americana de Comercio, el embajador de Estados Unidos, Robert Fannin, consideró que la corrupción ha empeorado en República Dominicana y que el promedio de la población no percibe que ha habido un cambio positivo. El diplomático demandó el fortalecimiento de las instituciones públicas y de la lucha contra el fenómeno de la corrupción.
En Febrero de este año el Departamento de Estado de EE UU dio a conocer un informe que califica a la República Dominicana como una de las principales naciones caribeñas del tráfico de cocaína y heroína entre América del Sur y Estados Unidos.
La República Dominicana ha sido situada también este año entre las naciones que no ofrecen ninguna o muy escasa información a sus habitantes sobre los gastos públicos implementados por el Gobierno, conforme una encuesta la International Budget Partnership (IBP).
Y por último, el Foro Económico Mundial colocó a la República Dominicana entre los cinco países con sistema de administración pública más corrupta, con mayor favoritismo en cuanto a contrataciones de obras del estado, mayor nivel de despilfarro en el gasto público, entre otros.
Para que se tenga una idea de hasta donde ha llegado la malversación y la poca transparencia de los manejos administrativos del presente gobierno, sólo debe advertirse que por vez primera desde los tiempos de Trujillo, se dejó de publicar en la prensa nacional el informe mensual de la ejecución presupuestaria, y se abandonó la implementación del Sistema Integrado de Gestión Financiera, que empezaron a desarrollar algunas instituciones del Estado en el pasado gobierno, y que procura establecer un riguroso mecanismo de control de los desembolsos y pagos del gobierno.
En conclusión, no hay duda que hubo corrupción, malversación y repartición en aquellos gobiernos del PRD y del PRSC, como lamentablemente ha habido en todos los gobiernos, pero aquellas denuncias del álbum de la corrupcipn, fueron una especie de “flaisito al catcher“ , en comparación a las que se formulan ahora, los contratos tipo Sun Land, PEME, de sobrevaluaciones de obras del estado, de nóminas y nominillas, de repartos a fundaciones y relacionados, de violación a las leyes de compra y contrataciones y de libre acceso a la información y de boato. Es una pena que nuestros aliados de antes en las denuncias de corrupción, sean los que ahora la practican o justifican, y que además nos condenen por persistir en rechazar cualquier tipo de malversación o por exigir transparencia, algunos de los autores del aquel Álbum llegan a considerar de envidiosos a mucha gente que llevan la voz cantante atacando La Corrupción….. para terminar vamos a utilizar una frase lapidaria dicha por Juan Bosch de “manera implacable que el Presidente no tiene amigos, ni arietes ni parientes, de tal manera que nadie, absolutamente nadie, está por encima de la ley. Cualquier funcionario que viole la ley, sea quien sea, será traducido a la acción de la justicia“. En cuanto a la corrupción se estableció en la Constitución de 1963, y así se cumplió, que el funcionario corrupto sería juzgado y llevado a la cárcel y estaba obligado a devolver al Estado lo que había robado.

Si se editaría hoy día un Álbum de La Corrupción la isla entera estallaría a carcajadas.

Dr. César Augusto Núñez Rojas
Oncólogo Clínico - Medicina Interna
Clínica Unión Médica del Norte
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Santiago de Los Caballeros
República Dominicana

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