lunes, 16 de marzo de 2009
Estrategias anti-robo
Por: Amable Guzmán
Los seres humanos cuando se ven inmersos en determinada crisis del tipo que sea, buscan alternativas que le permitan, continuar desarrollando su modo vivendi, aunque le cambien algunos patrones de los que estaban acostumbrados a usar.
Recientemente visitaba una comunidad de La Vega, donde viven unos parientes de mi esposa, me comentaban que para frenar un poco el robo de los racimos de plátanos pendientes de las matas, acudieron a la ingeniosa idea de pintarlos, con un determinado color y estilo.
Esta manera tiene como objetivo, que los compradores de este tipo de vianda, si están pintados, no pueden exportarlo porque se lo rechazan, además de que cuando alguien esta vendiendo pocos racimos de plátanos, la procedencia es dudosa y el color y la forma de pintura puede identificar al dueño del platanal.
Pero más tarde, me entero de algo interesante y es que estos mismos productores, tienen que cuidar de la misma manera las manzanas del plátano, porque también es blanco de los ladrones, quienes las cortan y las venden a otros exportadores, para dirigirlas a países orientales, quienes le dan un uso de alimento a la flor del plátano.
En una ocasión escribí un articulo, donde reseñaba, que en este país se roba de todo, en alusión al robo de alambres eléctricos, tapas de registros cloacales, los bustos de broce, entre otras cosas.
Pero nunca imaginé, que llegaría el momento en que una mujer, no se suelte el pelo, por temor a que un delincuente se lo corte y se disponga a venderlo a determinados centros de belleza, que trabajan con pelucas y extensiones de pelos naturales. Siempre he dicho que el ladrón se hace más profesional, porque aparece un comprador, que aprovechando el bajo precio, opta por adquirir la mercancía.
El periódico El Nacional recoge una información reciente, de que una joven fue víctima del robo de su celular de la marca Motorola, por parte de un motorista, mientras la joven se recuperaba del shock y la impotencia de no poder hacer nada, el ladrón se devuelve tirándole el celular y diciéndole, que use celular caro que ese apenas vale trescientos pesos.
Para que no creamos que estos casos son extraños y de dibujos animados, en la comunidad de Juan Santiago, de san Juan de la Maguana, en el cuartel de esa comunidad, ocurrió algo que a primera lectura no parece creíble. Unos ladrones penetraron al cuartel por la puerta trasera y se llevaron dos armas larga y varias municiones.
Es evidente, que el respeto a aquellos lugares que tradicionalmente lo eran, perdieron esa etiqueta y los ladrones se mantienen ganando la batalla a los celadores del orden.
Alertamos al personaje de Pedro Navaja, que cuide el diente de oro, que exhibe con su caminar, porque puede aparecer cualquier personaje delincuente, robárselo y venderlo para conseguir unos pesos, y luego la historia musical, habría que cambiarla con otro guion.
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