“El conocimiento - esto es, la educación en su sentido verdadero - es nuestra mejor protección contra el prejuicio que no razona y el miedo que produce pánico, ya sea que éstos nazcan de algún interés especial, de minorías restrictivas o de líderes aterrados." Franklin D. Roosevelt.
Quise comenzar este artículo con esas palabras de Franklin D. Roosevelt, por coincidir de manera plena con él y por entender que en este caso viene como anillo al dedo, en este tema , ya que, la homofobia es un miedo intenso y sin razón a los homosexuales y constituye una tragedia doble. Aquellos de nosotros que temen u odian a los homosexuales suulen pensar que no conoce a ninguno, aún cuando puede haber cierto número de personas con quienes socializa, trabaja o tal vez hasta convive, que son gays o lesbianas. Al mismo tiempo, muchos homosexuales se pasan la vida escondidos "en el closet", temiendo que la homofobia destruya sus relaciones familiares, su amor propio o hasta sus mismas vidas. Por desgracia, la gente homofóbica se la pasa perpetuando ciegamente ideas falsas sobre los homosexuales que pueden llegar a ser muy hirientes.
A lo largo de los años, el término no ha dejado de evolucionar por ampliaciones sucesivas. En 1972, la homofobia se definía como “el miedo a estar con un homosexual en un espacio cerrado”, definición muy restrictiva que quedó rápidamente rebasada en el lenguaje común, como testifica la definición del Pequeño Larousse: “Rechazo de la homosexualidad, hostilidad sistemática hacia los homosexuales”. Ampliando el análisis, Daniel Welzer-Lang ha sugerido una nueva definición. Para él, la homofobia “es, de modo más extenso, la denigración en los hombres de cualidades consideradas femeninas y, en cierta medida, de las cualidades consideradas masculinas en las mujeres”. (Louis-Georges Tin, Dictionnaire de l’homophobie).
Cuando se descubrió América, España y Portugal vivían su período de mayor intolerancia contra la sodomía –la práctica de sexo anal. En la recién descubierta América se instalaron tribunales de la Inquisición (tribunales del Santo Oficio, en México, Perú y Colombia). En Brasil, por su parte, representantes del Santo Oficio enviados desde Europa hacían inspecciones regulares a la colonia, denunciando y apresando a los que practicaban la sodomía. Esta práctica era considerada como uno de los pocos crímenes que las primeras autoridades de Brasil tenían autoridad para castigar con la pena de muerte, sin necesidad de consulta previa con el rey de Portugal. La homofobia en la América Latina de hoy en día, tiene sus raíces más profundas precisamente en el machismo que fue traído desde Europa por los colonizadores, que consideraban la sodomía como el peor y más sucio de los pecados.
Existe una teoría según la cual la homofobia es de carácter social, consecuencia de las creencias culturales y religiosas. Pese a la generalizada ideología fuertemente marcada por el machismo, que redunda en prácticas homofóbicas violentas y discriminatorias, en 1969 se fundó en Argentina el primer grupo de defensa de los derechos humanos en América Latina, que a partir de 1971 fue conocido Frente de Liberación Homosexual. En 1978 se fundaron grupos gays en México y Brasil
El término marica y sus variantes, se usa en todo el mundo latinoamericano y es uno de los insultos más frecuentes contra los homosexuales. La misma hostilidad recae sobre las lesbianas, que sufren grave violencia por parte de sus familias, ex-amantes o compañeros, inspirados por la lesbofobia, que trata el lesbianismo como un insulto y una amenaza a la cultura machista. Los estudios sobre la homofobia muestran que es un fenómeno que opera en distintos niveles interrelacionados.
La homofobia personal se manifiesta cuando una persona tiene la creencia de que los gays se merecen odio o lástima por no poder controlar sus deseos, estar perturbados/as, ser genéticamente defectuosos/as, inmorales, anormales e inferiores a los/as heterosexuales. La homofobia interpersonal se expresa cuando el prejuicio personal se transforma en actitudes discriminatorias que afectan la relación entre las personas en distintos ámbitos, como el familiar, laboral y social. La homofobia institucional se refiere a las formas en que organismos gubernamentales, empresariales, profesionales, educativos o religiosos discriminan sistemáticamente por la orientación o identidad sexual. A veces dicha discriminación está apoyada en leyes, códigos o reglamentos y a menudo opera para legitimar la homofobia interpersonal.
Aún más graves son los crímenes homofóbicos. La prensa constantemente ha denunciado el asesinato brutal de gays y travestís en casi todos los países, crímenes que exhiben rasgos de crueldad y son objeto de una impunidad repugnante. Estos crímenes de odio son una vergüenza para toda la humanidad y de manera muy especial, para aquellos que exhiben una doble moral ante situaciones tan vergonzantes.
Algunas personas pueden necesitar ayuda profesional para quitarse el miedo a los homosexuales, así como algunos la necesitan para curarse el miedo a las alturas o a los elevadores, pero para casi todos nosotros basta el deseo de examinar nuestros miedos para aliviarlos. El miedo nace de los mitos y de la ignorancia al tema y se puede comenzar por aceptar que gran parte de los esterotipos contra los homosexuales no tienen ningún viso de realidad y están inspirados en la ignorancia y la intolerancia.
Si bien es cierto que la “homofobia es la actitud hostil respecto a los homosexuales hombres y mujeres’’. En algunos casos, es algo más que una actitud hostil: es un rechazo y una repulsión sin razón de ser, es considerar a la mujer o el hombre homosexual como una persona inferior, anormal o, en el peor de los casos, como alguien enfermo. Desde hace años, el DSM dejó de considerar la homosexualidad una enfermedad y lo considera una preferencia sexual y nada más, sin ninguna connotación peyorativa.
Este tema, debe de tratarse abiertamente y con respeto a las preferencias sexuales de cada quien. Ojalá y cada uno de ustedes, amables lectores, se animase a escribir su opinión sobre el tema, enriqueciéndolo con sus opiniones y aportando ideas que ayuden a la convivencia sin violencias y sin discriminación. Ser heterosexual es nuestro derecho, es nuestra preferencia…….. ser homosexual es el derecho, es la preferencia de la comunidad gay. No olvidemos que ‘EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ”. (Nery es Psicóloga Clínica, con especialidad en Consejería y Orientación, Productora del BLOQUE IDEA EN T.V., Ex – Consultora en Salud/Comunicación Estratégica del Banco Mundial : …….neryestevezr@hotmail.com)
sábado, 7 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario